lunes, 31 de mayo de 2010

ENTREVISTA: JOSÉ NARRO Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México


Fuente: http://www.elpais.com/articulo/educacion/Dentro/decada/tendremos/Erasmus/iberoamericano/elpepusocedu/20100531elpepiedu_1/Tes

Hace unos días, el rector José Narro Robles (Coahuila, 1948) estaba leyendo un libro casi clandestino que había llegado no se sabe cómo a sus manos cuando se dio de bruces con una frase que aún lo mantiene perplejo: "El futuro no tiene porvenir". Para que ese presagio jamás se cumpla, el rector de la gigantesca y muy laureada Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) -más de 300.000 alumnos y 35.000 profesores- aconseja tener pensamientos grandes, miradas de largo aliento, confianza en nosotros mismos. Eso es lo que quiere para México, su pasión y su dolor, y también para la comunidad universitaria iberoamericana, que hoy y mañana se reúne en Guadalajara (Jalisco) en torno al II Encuentro Internacional de Rectores Universia. Bajo el lema Por un espacio iberoamericano del conocimiento socialmente responsable, los rectores de un millar de universidades de 34 países intentarán poner las bases para ese espacio común en una región tan llena de posibilidades como de dificultades. José Narro no es solo el presidente del comité internacional del encuentro. Es también el anfitrión más entusiasta que imaginarse pueda: "Es el momento de impulsar el espacio iberoamericano del conocimiento".


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lunes, 10 de mayo de 2010

Agencia Espacial Mexicana (3) y el riesgo de que fracase

Rodolfo Neri Vela
acuario1952@prodigy.net.mx

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48283.html

En mi entrega anterior felicité al Poder Legislativo por haber aprobado, al fin, la ley que crea a la Agencia Espacial Mexicana. También indiqué que habría que enfrentar obstáculos y trabajar mucho para que, en verdad, dicha Agencia ayude al desarrollo científico y tecnológico de México. Durante años, muchos distinguidos profesionistas, científicos y yo hemos impulsado y promovido la creación de la misma -en mi caso, desde hace 25 años-, pero últimamente ciertos medios sólo le han dado el mérito a un pequeño grupo del estado de Hidalgo. Estoy seguro que muchos miembros de las Academias de Ingeniería, Ciencias y Medicina, así como de diversos institutos y centros de investigación de la UNAM, IPN, el propio Conacyt, etc., reconocemos que la labor de promoción del grupo hidalguense ha sido significativa durante el pasado lustro, especialmente a través de sus legisladores, pero en ningún momento ha sido el único promotor y no es correcto que se nombre en automático como futuro dirigente de la Agencia Espacial Mexicana (AEM).

Nadie tiene todavía la autoridad legal para afirmar dónde estarán los centros de investigación, cuál será el programa de trabajo, etc. Me asombra ver que funcionarios de algunos estados del país consideran o han visto a este grupo como su único y confiable interlocutor; se han dejado llevar por la ilusión y el derroche mediático de su página electrónica. Debo admitir que desde hace años supieron armar muy bien su estrategia de mercadotecnia, pero ignoraron lo más esencial para conseguir el éxito: el respaldo de la comunidad científica y los ingenieros más distinguidos de México. Sin duda, cuando la operación de la AEM esté en marcha y bien estructurada, sería razonable y justo que, además de otras posibles entidades, el ilustre estado de Hidalgo tuviese una participación digna e interesante. Pero eso lo decidirá el tiempo, la ley y el Poder Ejecutivo federal, y no un grupo de jóvenes emprendedores, por más entusiastas que sean.

La ley apenas fue aprobada y aún falta esperar que sea publicada en el Diario Oficial. Si ustedes leen la Gaceta Parlamentaria del 20 de abril de 2010 (páginas 4 a la 10), verán que a partir de la fecha en que sea publicada, deberá integrarse la Junta de Gobierno a más tardar en 45 días naturales, después se organizarán los foros de consulta con la comunidad científica y demás interesados en un periodo máximo de 180 días, y –como dice el vulgo con sus usos y costumbres– más aún despuecito se hará la convocatoria para designar al director general.

El acrónimo o siglas AEXA es un término que inventó el pequeño grupo hidalguense y que se manejó hace años durante las múltiples revisiones y correcciones que se le hicieron a la iniciativa de ley, a través de muchas reuniones y sesiones con los diputados y senadores, con la asistencia tanto de los hidalguenses como de las comunidades científica y de ingeniería del DF. El sector promotor de Hidalgo creó por su propia decisión su página electrónica con ese nombre, pero ese sitio amateur en Internet no está respaldado ni reconocido -hasta donde sé- ni por la SCT, ni por Relaciones Exteriores, ni por el Conacyt, ni por las Academias, etc. Ese término tampoco existe ya en la versión final de la ley; fue eliminado hace más de un año y medio por los senadores, y así es como fue aprobada recientemente por los diputados. Sincera y cordialmente, invito a los medios a que lean la Gaceta Parlamentaria para que se corrijan estas confusiones y haya más veracidad en la información hacia el público. La decisión final sobre el logo y las siglas -aunque parezca trivial- también será de los protagonistas oficiales y legales. Si algunos medios siguen insistiendo con el acrónimo AEXA y dándole sólo el crédito de la Agencia al pequeño grupo promotor de Hidalgo, abrirán una Caja de Pandora.

El próximo director general de la Agencia Espacial Mexicana debe ser una persona con seriedad, credibilidad, madurez emocional, respaldada por un currículum extenso, comprobable y verificable. De preferencia, debe tener un doctorado o alguna especialidad y haber trabajado en/y publicado trabajos de investigación en revistas arbitradas de los Estados Unidos y Europa, más haber desarrollado las demás aptitudes necesarias para asumir ese cargo de responsabilidad nacional. Asimismo, él y sus principales colaboradores del organigrama deben ser reconocidos y respetados por las comunidades de ingenieros y científicos, tanto de México como del mundo. No basta desear hacer maquila para generar unos cuantos empleos poco remunerados, inventar que los Estados Unidos nos van a dar o regalar tecnología porque nos quieren mucho, o porque el gringo compadre es astronauta y le da favoritismo a un pequeño grupo desde el interior de la NASA.

La SCT y el propio Presidente de la República tienen que ser muy cautelosos y cuidadosos sobre este asunto estratégico y de seguridad nacional. No pueden dejarse llevar por espejismos. Deben escuchar todas las voces, especialmente a las comunidades de ingenieros y científicos. La Agencia Espacial Mexicana (por lo pronto AEM) no debe convertirse en un juguete; primero tenemos que fortalecer la educación, la ciencia y la investigación mexicanas, para realmente iniciar nuestra independencia tecnológica, y no conformarnos desde un principio con fabricar pedacitos de tela dizque para trajes presurizados, o lanzando a unos cuantos millonarios en viajes turísticos al espacio desde áreas protegidas en la costa de Quintana Roo, y tal vez sin haber consultado antes a la Marina, a la Defensa Nacional, a las poblaciones vecinas o a los ecologistas.

Queridos lectores: La próxima vez, mientras se despeja un poco el panorama, mejor nos vamos a ir de nueva cuenta al espacio, lo más lejos que se pueda. Un abrazo a todos.

Fuente: http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48283.html

sábado, 8 de mayo de 2010

Cómo viajar en el tiempo, según Stephen Hawking

fuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/58520.html

LEER ARTÍCULO ORIGINAL (en inglés): Daily Mail




Un agujero de gusano, el colisionador de hadrones o un cohete que vaya muy rápido son las tres vías que el físico Stephen Hawking propuso para viajar en el tiempo.

El científico británico dijo que el primer paso debe ser expandir la visión y comprender la existencia de la cuarta dimensión: el tiempo, asegura el diario en línea español ABC.

"Todos sabemos que los objetos existen en tres dimensiones. Todo tiene una medida a lo largo, a lo ancho y un peso, pero hay otra longitud, la del tiempo.

"Cuando hacemos un viaje en automóvil y conducimos en línea recta, viajamos en una dimensión. Si giramos a la derecha o al izquierda, añadimos una segunda dimensión. Si además subimos o bajamos una carretera de montaña, encontramos la tercera. La cuarta dimensión es el tiempo, pero ¿cómo encontramos un camino para viajar a través de él?", se pregunta Hawking en su artículo publicado en el diario inglés Daily Mail.

1- Los agujeros de gusano:

En las películas de ciencia ficción los personajes saltan de una época a otra en una máquina que crea un túnel, éstos son lo que los físicos llaman los agujeros de gusano que "están a nuestro alrededor, en las grietas del espacio y del tiempo, pero son demasiado pequeños para poderlos ver", explica el científico.

2) Los agujeros negros

"Nos parece que el tiempo fluye como un río, a diferentes velocidades en diferentes lugares, y esa es la clave para viajar al futuro", explica Hawking.

Esta idea fue propuesta por Albert Einstein hace cien años, al darse cuenta de que debería haber lugares donde el tiempo corre más lento y otros donde se acelera.

3) Viajar a casi la velocidad de la luz

Ante los peligros de las dos opciones anteriores, caer en paradojas y el peligro de envejecer en el espacio como le pasó a la tripulación de la película El planeta de los simios, Hakwing propone viajar a una velocidad cercana a la luz, como si dieras siete vueltas a la Tierra por segundo; algo que también rompe los estatutos de la física.

A esta velocidad el tiempo empieza a transcurrir lentamente a bordo, como si estuviéramos cerca de un agujero negro, pero en mayor medida, como en cámara lenta. "En una semana, el tren viajaría cien años en el futuro. Por supuesto, construir un tren que alcance esas velocidades es imposible, pero hemos construido algo muy parecido: el acelerador de partículas LHC del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN) en Génova, Suiza.

fuente: http://www.eluniversal.com.mx/articulos/58520.html

LEER ARTÍCULO ORIGINAL (en inglés): Daily Mail